Soy madre de gemelos y en este blog quiero mostrar mis experiencias y los conocimientos que ido adquiriendo en esta etapa por si alguien tuviera alguna duda y yo pudiera ayudar. Espero que os guste.



martes, 22 de octubre de 2013

Lactancia materna

La Organización Mundial de la Salud afirma que la leche materna es el mejor alimento para los recién nacidos gracias a sus múltiples beneficios. 

La leche materna es un producto cambiante. Los primeros días se crea muy poca cantidad, pero muy rica en proteínas: es lo que se llama calostro. Después de unos días se crea una leche de transición, hasta que pasadas unas semanas aparezca la leche madura.

El mejor momento para iniciar la lactancia es justo después del parto. La leche materna aporta al bebé grasas específicas para el desarrollo del cerebro y azúcares que ayudan a regular sus caquitas. También tiene otros componentes que sirven para defender al bebé de las infecciones. Gracias a la lactancia materna, tu pequeño estará más protegido frente a diarreas y catarros, y correrá menos riesgo de sufrir alergias.
Los beneficios de la lactancia duran mientras estés dando el pecho a tu bebé. Aunque hayan pasado muchos meses desde el nacimiento, la lactancia sigue aportando factores inmunológicos.
Además, la lactancia refuerza los vínculos entre la madre y el bebé. La succión de las mamas da a tu bebé un sentimiento de unión y proximidad hacia ti, a la vez que desencadena respuestas hormonales beneficiosas para ti, tanto a corto como a largo plazo.

Beneficios de la lactancia
Algunos de los beneficios de la lactancia materna para tu bebé son los siguientes:
  • Es el alimento que mejor digiere.
  • Contiene los nutrientes más equilibrados.
  • Siempre está lista, en la cantidad necesaria y a la temperatura perfecta.
  • Le aporta protección inmunológica frente a las enfermedades.
  • Se adapta a las necesidades de cada bebé.
  • Facilita la absorción de vitaminas y hierro.
  • Propicia un desarrollo adecuado de la estructura bucal y dental.
  • Además de alimento, tu bebé recibe consuelo y seguridad.


Los beneficios de la lactancia materna para ti son los siguientes:
  • Refuerza el vínculo afectivo entre madre e hijo.
  • Ayuda a la expulsión de la placenta (si das el pecho a tu bebé inmediatamente después del parto).
  • Facilita la contracción del útero después del parto y disminuye el riesgo de hemorragias e infecciones post parto.
  • Previene las depresiones post parto.
  • Reduce la probabilidad de tener cáncer de mama y ovario.
  • Ayuda a perder peso y a recuperar la figura.
  • Siempre está lista, en la cantidad necesaria y a la temperatura perfecta.
  • Supone un ahorro económico importante.



Cómo dar de mamar

La lactancia materna es lo mejor para ti y para tu bebé, y es mucho más sencilla de lo que puedas pensar. Seguro que tu matrona te lo explica bien, pero por si te queda alguna duda, te explico cómo dar de mamar paso a paso:

  1. La colocación del pecho. Tienes que sujetar tu pecho con la mano, formando una “C”. Sitúa el dedo pulgar por encima de la areola y los demás por debajo.
  2. La aproximación al bebé. Frota suavemente los labios del bebé con tu pezón hasta que abra la boca. En ese momento, acerca el bebé hacia ti y centra el pezón.
  3. El reflejo de exploración. Los niños nacen con un reflejo de exploración, así que tu bebé moverá la cabeza hacia los lados, hasta que sus labios den con el pezón.
  4. La postura sentada. Sujeta su espalda con tu antebrazo, de modo que el bebé quede tumbado de lado frente a ti, con la cabeza apoyada en tu brazo. Fíjate en que su oreja, su hombro y su cadera estén alineadas y comprueba que el pecho no obstruya su nariz. También debes procurar no tapar la areola con tus dedos, para que no succione sólo del pezón.
  5. La postura tumbada. Puede que te resulte más cómodo estar tumbada para dar de mamar a tu bebé, sobre todo al principio. Pues bien, sólo tienes que tumbarte de lado con una almohada bajo la cabeza. Coloca a tu bebé también de lado, mirándote, con la boca en línea con tu pezón. Sujétale por la espalda con el antebrazo, de modo que se apoye en el pliegue del codo. Antes de cambiar de lado, siéntale y dale unos golpecitos en la espalda, para que eructe.
  6. La succión. Cuando tu bebé se adhiere al pecho, sus encías cubren el pezón y unos 2,5 cm de la areola. Así ejerce una presión sobre los conductos que se sitúan debajo y que liberan la leche.
  7. Cambios de ángulo. Variar las posiciones de vez en cuando puede ser bueno y ayuda a reducir las molestias a la hora de dar de mamar, si es que notas alguna. Al colocar al bebé en un ángulo diferente, hará presión en otras partes del pezón, el pecho y la areola.
  8. Para terminar. Antes de separar al bebé de tu pecho, interrumpe la succión. Para ello puedes colocar un dedo en un lado de su boca, o presionar suavemente su moflete.
  9. Discos de lactancia. Durante el período en el que estés dando de mamar a tu bebé, tal vez pierdas algo de leche en momentos puntuales. Para evitar que manche tu ropa, puedes utilizar discos de lactancia, que los venden en cualquier supermercado, debajo del sujetador.
Recuerda que, durante el tiempo que des de mamar a tu bebé, debes cuidar tu alimentación tanto como cuando estabas embarazada. Sobre todo es importante que bebas mucho líquido y sigas una dieta equilibrada.
Podéis tomar cerveza sin alcohol, ya que os puede ayudar a producir más leche.

Dieta durante la lactancia

Parece que la cantidad de leche que consume el lactante no afecta demasiado a la producción de leche, sino que depende más de la frecuencia de las mamadas. Aunque si un bebé mama frecuentemente pero no llega a vaciar los pechos, ese pecho producirá menos cantidad para la próxima vez porque no ha sido totalmente vaciado. En cambio, si se vacía totalmente el pecho, la producción aumenta, ya que de alguna manera el cuerpo recibe la información de que el bebé necesita más alimento.

Sin embargo, la dieta de la madre no sólo influye en la cantidad de leche producida sino que también influye en la composición. Se sabe que la cantidad de ácidos grasos de la leche es el fiel reflejo de la cantidad ingerida por la mujer que amamanta. Ocurre lo mismo con los niveles de selenio, yodo y algunas vitaminas del grupo B. La cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida. Los demás nutrientes parece que se mantienen constantes y son independientes de la dieta.

A la vista de esto, parece obvio que la alimentación durante la lactancia debe ser rica en energía, lípidos, proteínas y vitaminas, con el fin de que cubra las necesidades para la producción de la leche. Por este motivo, se debe conocer:
  • La composición de la leche materna (que es el equivalente a conocer las necesidades del lactante).
  • Los requerimientos nutricionales recomendados para que la producción de la leche no altere el estado nutricional de la madre.


Extraer y conservar la leche materna

Si quieres dar el pecho a tu bebé, pero no puedes estar junto a él en todas las tomas, la mejor solución es extraer tu leche materna y conservarla. Así, además, el padre tendrá la posibilidad de participar en la alimentación de vuestro bebé, sin renunciar a los beneficios de la leche materna.
La extracción de leche materna también viene bien si tu pequeño tiene algún problema temporal que le impida lactar, porque te permitirá mantener la producción de leche. Por otra parte, será imprescindible extraer leche materna para ti si tienes retención de leche o una mastitis y tu bebé no te puede vaciar el pecho.
Para extraer la leche materna puedes recurrir a la extracción manual o con bomba, que a su vez puede ser una bomba manual o eléctrica. Cualquiera de ellas te llevará más tiempo del que necesitas para dar el pecho a tu bebé.

Extracción de la leche materna manual

Para extraer leche materna de forma manual, sigue estos pasos:
  1. Lávate las manos y utiliza un recipiente estéril de plástico para guardar la leche.
  2. Coloca una toalla caliente sobre tus pechos, ayudará a estimular el flujo de salida.
  3. Masajea cada pecho con movimientos en espiral hacia los pezones.
  4. Inclínate hacia delante, coloca el pulgar encima de la areola y los dedos índice y corazón por debajo de ella, haciendo una pinza con forma de C.
  5. Aprieta el pecho entre los dedos, con una presión inicial hacia atrás, hacia las costillas, y luego intenta juntar los dedos que pinzan el pecho.
  6. Al final de cada movimiento de compresión, gira los dedos que pinzan el pecho para asegurar un mejor vaciado.
No te desanimes si extraes poca cantidad de leche al principio, ¡es lo normal! También es posible que la cantidad varíe de una toma a la siguiente. En general, como en cualquier otra cosa, mejorarás con la práctica.

Extracción de la leche materna con bomba

También se pueden utilizar bombas para extraer la leche materna, los conocidos como sacaleches. No te asustes por el nombre, son aparatos muy normales, que pueden funcionar de forma manual o eléctrica. Si optas por la extracción de leche materna con bomba, infórmate bien sobre el modelo elegido, porque cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, desde el precio hasta la facilidad de transporte, pasando por los detalles de funcionamiento.
En cualquier caso, todas las bombas para extraer leche materna vienen con instrucciones de uso, ¡asegúrate de que las lees con atención! En general, es importante que el embudo abarque toda la areola de tu pecho. Puestas a elegir, ten en cuenta que te vendrá mejor un sacaleches que se limpie con facilidad y que sea lo más aséptico posible.
Otra recomendación que siempre debes tener en cuenta, sea cual sea la forma de extraer la leche materna que elijas, es cuidar la limpieza. Es importante que te laves bien las manos y que te asegures de que tanto el recipiente donde se almacenará tu leche como el material que utilices para la extracción estén perfectamente limpios.

Conservación y almacenamiento de la leche materna

Para conservar la leche materna que te has extraído, lo primero es contar con un envase estéril, preferiblemente de plástico, donde pueda recogerse y mantenerse en perfectas condiciones hasta que se la tome tu bebé.
Estos son los tiempos de conservación de la leche materna, que como verás, dependen de dónde la guardes:
  • A temperatura ambiente (entre 19º y 22º C), de 6 a 10 horas.
  • En la nevera, de 2 a 3 días.
  • En un congelador convencional de una nevera combi, de 3 a 4 meses.
  • En un congelador independiente (a –20ºC), 6 meses o más.
Si conservas tu leche materna, tendrás que tener en cuenta algunas recomendaciones para no alterar sus propiedades:
  • No mezcles la leche de una extracción con la extraída en otro momento.
  • Etiqueta cada envase de leche con la fecha de extracción.
  • Si te extraes la leche fuera de casa, necesitarás una nevera portátil para mantenerla fresca.
  • Dale a tu bebé antes la leche de la nevera (empezando siempre por la más antigua) que la congelada.
  • Descongela la leche a temperatura ambiente o, si no te da tiempo, ponla bajo el grifo con agua caliente y caliéntala “al baño María”. No la calientes directamente en un cazo o en el microondas, porque se pueden alterar algunos componentes de la leche.
  • No vuelvas a congelar la leche una vez descongelada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario