Soy madre de gemelos y en este blog quiero mostrar mis experiencias y los conocimientos que ido adquiriendo en esta etapa por si alguien tuviera alguna duda y yo pudiera ayudar. Espero que os guste.



miércoles, 11 de diciembre de 2013

Nunca te olvidaremos Darko

Hoy quiero dedicar el post a mi GRAN perro Darko.
El pobre ha muerto esta madrugada de forma inesperada, aunque era ya mayor. Tenía 14 años.
Se fueron mis padres a la casa que tienen en la playa a pasar toda esta semana. El día antes de irse, como siempre, estaban mis pequeños jugando con él, yendo detrás de él con su fregona y escoba de juguetes. Siempre se dejaba hacer de todo, pero se lo pasaba genial, se le notaba feliz cuando estaba a su lado.

Me acuerdo que, cuando aún estaban en la cuna, siempre estaba al lado de ellos observando que no les pasara nada. Si se quejaban por cualquier cosita nos avisaba para que fuéramos corriendo. Era su protector.

Era un perro muy bueno y muy gracioso.

Cuando mi madre lo trajo a casa, pensaba que era un rottweiler, ya que antes de él tuvimos uno, y el pobre a los pocos meses se murió porque se comió la tinta de un boli...
A medida que iba creciendo se iba pareciendo a ellos, lo único que un poco más pequeño. ¡Y tanto que era más pequeño! jaja, resultó ser una mezcla entre rottweiler y teckel.



Siempre ha parecido un peluche. Te hacía caso cada vez que le llamabas. Era el compañero ideal.

Espero que donde esté siga siendo feliz y que pueda correr mucho. Le encantaba salir a la calle, que le tirara piedras e ir detrás de ellas.

Te queremos mucho Darko. Nunca te olvidaremos.





jueves, 14 de noviembre de 2013

Familia feliz

Todos somos únicos
Un hogar está formado por individuos. Es decir, ese pequeño que no te deja dormir por las noches es, en el mejor de los sentidos, un individuo, un ser único e irrepetible. Así que, para empezar, cada familia está formada por seres irrepetibles ¡e imperfectos! Nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros padres y suegros..., todos cometen errores y hay que quererlos como son, ayudándoles a mejorar en las cosas importantes y pasando por alto las que no lo son tanto. Hay que dar valor a cada uno por ser quien es y respetarlo a partir de ahí. En un ambiente de optimismo. Hay que huir del pesimismo porque esteriliza las ilusiones. Con un enfoque apocalíptico maleducamos a nuestros hijos, les volvemos menos participativos en la sociedad, les restamos fuerza para luchar.
1. Crear un ambiente de optimismo. Hay que huir del pesimismo porque esteriliza las ilusiones. Con un enfoque apocalíptico maleducamos a nuestros hijos, les volvemos menos participativos en la sociedad, les restamos fuerza para luchar.
 
2. Sonreír (y a veces es heroico). La gente necesita sonrisas, y la gente somos todos. Pero sonrisas amplias, francas, alegres, abiertas. No ensayadas en el espejo, ‘puestas’ porque se haya leído en algún libro de autoayuda que sonriendo se triunfa en la vida. 
 
3. No dejar pasar ocasiones de decir algo cariñoso, de felicitar a alguien por haber hecho algo bien o de dar noticias agradables. Es cierto que hacer las cosas como hay que hacerlas es nuestro deber, pero también necesitamos que se reconozca el esfuerzo, el empeño. 
 
4. Interesarnos por lo que nos cuenten. Todos -absolutamente todos- tenemos nuestras batallitas e historietas ¡y queremos que nos escuchen! Y, sí, son pequeñas e insignificantes, pero son las nuestras. Lo mismo ocurre con nuestros hijos: lo que nos cuentan es lo que les interesa, y para ellos es muy importante sentirse escuchados por sus padres. Pon tu oído, pero también tu comprensión. 
 
5. Cuidar los detalles. Se puede decir que la vida es un detalle, y el que no los cuida está perdido. El mundo se arreglaría si los mil millones de personas que lo ocupamos tuviésemos otros tantos mil millones de detalles con los demás. Hemos de facilitarnos la vida. No des nada por supuesto. Seguro que quieres a tu pareja, porque estás con ella, pero está muy bien que un día se lo digas, se lo expreses con un detalle... Y con tus hijos, lo mismo.
 
6. Establecer normas. Cualquier ámbito se regula por lo que está permitido y lo que no, por sus  ‘leyes’ internas. Y una familia también. Pero has de establecerlas tú junto con los tuyos.
 
7. Exigir, pero con realismo. Todos hemos de cumplir con nuestras obligaciones, pero no somos una empresa, tenlo en cuenta. En una familia cada cosa tiene un orden. ¿Qué significa? Que a cada uno, individualmente, hay que exigirle aquello que puede alcanzar, pero siempre ‘que le permita dormir’.   
 
8. Arrancar de raíz cualquier inicio de conflicto con nuestra pareja  o nuestros hijos. A veces convertimos la convivencia en una pelea de gallos sin necesidad. Cuando ‘soplen vientos de tormenta’, abre la ventana para que se vayan...
 
9. Pedir perdón. Los miembros de una familia también tienen que pedirse perdón. Es algo que olvidamos con frecuencia y que empaña de negatividad el hogar.
 
10. Y por último… no olvides que tu también fuiste adolescente. Es una de las etapas que más complica la convivencia, pero, si los padres actúan con tacto y delicadeza, hablando cuando hay que hacerlo, callándose la mayoría de las veces, respetando la intimidad -cada vez más necesaria para ellos-, los hijos reirán, llorarán y se enfadarán en casa, pero sabrán que se les quiere y respeta.  Y en esta etapa eso es muy importante.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Productos para el baño del bebé


Hay que tener especial cuidado en los productos que elegimos para el cuidado de la higiene del bebé, ya que esto puede provocarle a la larga problemas de dermatitis, alergias...

La higiene del bebé precisa el uso de productos limpiadores específicos para su delicada piel, con un pH de 5,5, aproximadamente. También están indicados los denominados "limpiadores sin jabón", que son ricos en cera y almidones. Si el bebé sufre reacciones alérgicas, lo adecuado es utilizar aceites de baño, que, al margen de desarrollar una acción calmante e hidratante, refinan el agua muy calcárea.

Yo para el cuidado de mis pequeños opté por los productos de Sebamed. Son algo más caros que los demás, pero creo que es uno de los mejores productos que he probado. El olor es muy agradable y les deja la piel muy hidratada. He ido alternando con otros productos, para que su piel no se acostumbrara a un solo producto, como los productos de nenuco, mustela, babaria, deliplus. Todos estos les han ido también bien.

Para el culito, siempre he usado el mismo, ya que les ha resultado siempre eficaz y no han tenido ningún problema. El que uso es el de mitosin, comprado en farmacias. Solo lo he usado cuando veía que el culete lo tenían un rojo, que suele ser cuando están saliendo los dientes, ya que la saliva es mucho más ácida y va a la caquita. Yo os aconsejo que solo lo echéis cuando tengan el culete rojo, no por costumbre usarlo en cada cambio de pañal, ya que, como he dicho en alguna ocasión, las cremas no son especialmente buenas y sobre todo en esas zonas tan sensibles.

El uso de toallitas, yo las he usado para limpiarles el culete en los cambios de pañal. He intentado siempre usar las especificas para bebes, ya que los productos que lleven serán suaves y con productos que no den alergias. También aconsejo, que una vez limpiado el culete, secarlo con una toalla de seca, para que no quede mojado al poner el pañal, ya que esto puede provocar que se irrite.

¡Que disfrutéis del baño!


miércoles, 23 de octubre de 2013

Introducción de nuevos alimentos

Generalmente hasta los 5 meses y medio no se empiezan a introducir nuevos alimentos, pero quién lo tiene que estimar es el pediatra. 

Hay que tener muy en cuenta que hasta que el bebé cumpla un año, lo más importante es la leche. por lo que lo que más tiene que tomar es leche, todo los demás alimentos son secundarios.

Cereales

Lo primero que se introducen son los cereales. Si habéis estado dándole leche materna durante todo ese tiempo podéis empezar directamente con los cereales con gluten, si no ha sido así, hasta los 6 meses tenéis que darle los cereales sin gluten. La introducción de los cereales debe ser progresivo. Se debe empezar con una cuchara, a los 3 días otra y así hasta que tomen 5. No es recomendable añadir más de 5 cucharadas.

Si habéis empezado con los cereales sin gluten, al cambiar a los que tienen gluten, debéis volver a empezar añadiendo una cucharada cada 3 días hasta completar las 5.

Podéis añadir los cereales en el biberón con la leche poniendo una tetina para papillas o dársela con cuchara, como veáis que el bebé se lo come mejor.

Hay que dárselo en el biberón del desayuno y en el de la cena.

Es bueno también el pan. Les podéis dar un poco de la corteza para que la chupen, teniendo mucho cuidado en que no se atraganten.

Frutas

Las primeras frutas que se introducen son la naranja, pera, plátano y manzana.
Estas normalmente se dan en la merienda. 
Yo os voy a comentar como las he introducido, que a mis bebés les ha gustado mucho y no he tenido ningún problema en que se lo comieran.

Empezaron a los 5 meses y medio, en la hora de la merienda. 
Les hacía una papilla en las que les introducía media pera, media manzana, medio plátano, 4 galletas María Fontaneda (no puedes ser otras) y 120 de leche. Tener en cuenta que son dos niños, por lo que si fuera solo uno sería un cuarto de cada pieza de fruta.

La naranja, hay que introducirla poco a poco, solo 3 cucharadas. Yo lo doy por la mañana, antes de sus cereales del desayuno y les encanta.

Importante no darle la papilla de frutas en el biberón, ya que al tener tantos azúcares la fruta, al chupar la tetina puede provocar caries.

No se pueden introducir frutas con pelo hasta los 11 o 12 meses, como son el melocotón, albaricoque.
Si queréis introducirle alguna fruta nueva tener en cuenta que hay que hacerlo a los 3 días de cada alimento nuevo, para evitar alergias y poder identificarlas fácilmente.


Verduras

La papilla de verduras se introducen a las 6 meses.

Lo primero que se introduce es la patata y la zanahoria junto con un poco de pollo. Se cuece todo junto durante 10 - 20 minutos, desespumando muy bien el caldo. No remojar previamente la verdura.

Igual que antes, vamos introduciendo nuevas verduras cada 3 días. 

Podemos añadir, por ejemplo, primero judías verdes, luego calabacín, pimiento rojo, pimiento verde, calabaza ( esta es necesario añadir poco, ya que si añadimos mucho el bebé coge un color anaranjado), tomate. 
Es importante pasarlo todo por el colador, para que no haya grumos con lo que se puedan atragantar o pipitas del pimiento o toma
te que les pueda hacer daño en el estomago.

Hay que evitar las verduras flatulentas hasta los 12 meses, como puede ser la acelga, nabo, coliflor.

Carne

A partir de haber introducido ya 5 verduras distintas, es cuando podemos añadir la carne. Esta debe ser carne blanca, como el pollo, pavo, conejo.
A partir de los 10 meses se añade ternera, jamón cocido.
A partir de los 12 meses de puede añadir cordero.

Yo, particularmente, primero paso por el colador la verdura, y luego lo junto con la carne que toque, y la paso con la trituradora, pero esto ya no lo paso por el colador, ya que si lo pasas la carne se queda en el colador.

Importante quitar toda la grasa que tenga la carne y los huesecillos pequeños.


Huevo

Se empieza a añadir a partir de los 9 meses.
Se debe hacer poco a poco, ya que los bebes son propensos a tener alergias al huevo.

Lo primero a añadir es la yema y tiene que ser dos veces en semana. Si añadimos huevo al puré no hay que añadir ni carne ni pescado.

La forma de introducirlo es la siguiente:

  • 1ª semana: Dos días a la semana añadir 1/4 de la yema.

  • 2ª semana: Dos días a la semana añadir 1/2 de la yema.

  • 3ª semana: Dos días a la semana añadir 3/4 de la yema.

  • 4ª semana: Dos días a la semana añadir la yema entera.


Pescado

Se introducen a los 7 meses.

El pescado que se puede introducir en este tiempo es el blanco, como son el gallo, lenguado, merluza...
El pescado azul se debe incorporar a partir de los 12 meses.


Legumbres 

Se introducen entre los 10 y 11 meses.

Es muy importante pasar por el colador, ya que la piel de estas es bastante flatulentas. Es necesario dárselo al bebé en purés mínimo hasta los 18 meses. 

Las legumbres que podéis darles son, por ejemplo, guisantes, judías blancas, lentejas, garbanzos.



Derivados lácteos

Como pueden ser los yogures, quesitos (del caserio), se pueden introducir a partir de los 6 meses.
La leche de vaca entera no se debe  introducir hasta los 18 meses.


Agua mineral

Si vivís en un sitio donde el agua sea buena se podría dar el agua del grifo al bebé, pero es aconsejable darle agua mineral, como mínimo, hasta los 18 meses.


Dulces y salados

Todo tipo de aperitivos, como snacks, bollería, caramelos, cuanto más se tarde en que los prueben mejor, ya que si los prueban y les gustan van a querer comerse eso antes que lo que realmente tienen que comerse.



Purés para dos

A la hora de hacer los purés para dos niñ@s hay que tener en cuenta que son dos, por lo que hay que hacerlo para dos, pero en los purés de verdura lo que no se puede hacer es que si para uno cocemos un muslo de pollo con la verdura, para dos cocer dos muslos de pollo juntos, ya que los bebés se van a comer la sustancia de dos muslos.
Como yo lo hago, que no digo que sea lo mejor, aunque para mí si :-)  claro, cuezo toda la verdura que es bastante ya que son para dos niños. Una vez cocida aparto caldo para cocer por separado el pescado o carne, una ración por cada niño. y luego trituro una ración por cada uno. Lo mismo hago con el huevo, separo las raciones de verdura y trituro cada huevo en cada ración, así me aseguro que no estan comiendo de más ni de menos.



Espero que os sirva toda esta información. No obstante es importante que preguntéis al pediatra como lo debéis hacer y preguntarle todas vuestras dudas.


¡Un saludo!

martes, 22 de octubre de 2013

Lactancia materna reduce el cancer

Un estudio reveló que el riesgo de cáncer de mama con receptores de hormonas negativas, es reducido 1.5 veces a través de la lactancia materna, según la Escuela de Salud Pública de Mailman, de la Universidad de Columbia.
El estudio investigó la posible relación entre los factores de la lactancia materna, el uso de anticonceptivos orales y el número de hijos con desarrollo de cáncer hormo-dependiente.
La investigación se basa en los datos recolectados de 4 mil once mujeres que padecían cáncer de mama y 2 mil 997 que no sufrían de la enfermedad, mujeres sanas. Donde resultó que el riesgo de cáncer hormono-independiente de las mujeres que no alimentaron a su bebé con el pecho es 1,5 veces más alto que las que lo hacían.
La importancia de este descubrimiento radica en la escasez de datos sobre los factores de riesgo del desarrollo de esta enfermedad.
Reino Unido tiene el nivel más bajo de lactancia materna en Europa occidental. Una de cada tres mujeres británicas nunca alimenta a sus niños con leche materna, otro 30 por ciento dedica a este proceso alrededor de seis meses durante toda su vida para una cantidad total de entre dos y tres niños. Y sólo una de cada siete mujeres dedica a la lactancia materna entre 6 y 18 meses de vida.
“Los resultados de la investigación son particularmente importantes ya que la lactancia materna es un factor modificable que puede ser promovido y apoyado a través de la política de salud”, dijo la doctora Meghan Work, autora principal del estudio.
Además, se descubrió que el uso de anticonceptivos orales no aumenta el riesgo de desarrollo de cáncer de mama. La excepción son los fármacos caducados que contienen altas dosis de estrógeno y progesterona y no se utilizan desde hace 30 años.

Lactancia materna disminuye índices de obesidad infantil

El tiempo dedicado a lactar a los pequeños influye en la aparición o prevención de la obesidad infantil. 

"Si la lactancia es superior a los 12 meses, podemos decir que es un factor protector para los niños", anunció Meléndez durante el evento "Diabetes y obesidad, ¿por qué es un problema multifactorial?" celebrado en la capital mexicana, en la que también participaron otros expertos en salud.

Christopher R. Stephens, médico de la UNAM, destacó que la ignorancia sobre la salud es un factor de riesgo igual de importante que la obesidad.

Los expertos coincidieron en la importancia de la prevención primaria y en la necesidad de promover la actividad física, el método más económico utilizado por los sistemas de salud pública porque disminuye el número de consultas y el absentismo laboral y mejora la productividad.

"Las HDL (lipoproteínas de alta densidad que sacan el colesterol de las arterias) solamente se incrementan con la actividad física y no con dieta", explicó el investigador de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) de ése país, Juan Manuel Huesca.

Para ello, recomendó hacer ejercicio diariamente durante 30 minutos a baja intensidad y aumentar las series de forma gradual y recalcó la importancia de iniciar una vida con la mejor alimentación: la leche materna.


Alimentación durante la lactancia

Muchas mujeres, entre las que me incluyo, nos preguntamos si deben seguir una dieta especial mientras amamantamos a nuestros bebés. Probablemente no necesites hacer cambios importantes en lo que comes o bebes durante este periodo, pero es importante que tengas en cuenta lo siguiente: 


Una alimentación equilibrada es importante para tu salud

Una de las maravillas de la leche materna es que puede cubrir las necesidades alimenticias del bebé aunque tú no estés alimentándote bien. Sin embargo, si sigues una dieta muy baja en calorías o que haga demasiado énfasis en un sólo grupo de alimentos y excluya a otros, puedes afectar no sólo la cantidad de leche que produces sino también su calidad. 

El que tu bebé no se vea afectado por tus deficiencias alimentarias no quiere decir que  no sufras. Cuando no obtienes, a través de tu dieta, las vitaminas y los nutrientes suficientes, tu cuerpo los obtendrá de tus reservas, las cuales con el tiempo se pueden agotar. Además, necesitas mantener una dieta saludable, ya que necesitarás energía para cumplir con las exigencias diarias que supone cuidar a tu hijo. 

Muchas mamás que amamantan sienten mucha hambre. Y eso es normal, ya que tu cuerpo está trabajando laboriosamente para producir la leche. Es recomendable que comas en menor cantidad, pero con más frecuencia y que tengas a la mano aperitivos saludables. Esto te ayudará a mantener tus niveles de energía y a calmar los ataques de hambre que te puedan dar. 

Esfuérzate en comer granos y cereales integrales, frutas y vegetales frescos, y alimentos que suministren suficientes dosis de proteínas, calcio y hierro. Puedes permitirte un antojito dulce de vez en cuando, pero no a cada rato. 



No cuentes las calorías

Cabe la pena señalar que cada caso es diferente. Pero por regla general, la mayoría de mujeres que dan pecho necesitan de 200 a 500 calorías más que las mamás que no lo hacen. Esto quiere decir que deben consumir un mínimo de 2,000 a 2,700 calorías cada día. 

Y no te preocupes por contar las calorías que consumes, es mejor que te bases en el hambre que tienes para decidir cuánto vas a comer. La cantidad exacta de calorías que necesitas dependerá de ciertos factores tales como tu peso actual, tu grado de actividad y la frecuencia con que amamantas a tu pequeñito. 



Puedes perder peso, pero con cuidado

Mientras que unas mamás pierden mucho peso mientras amamantan, otras no pierden casi nada. Todo depende de tu cuerpo, tu alimentación, tu grado de actividad, así como de tu metabolismo. 
Lo mejor es adelgazar poco a poco. Calcula que es muy probable que necesites entre 10 meses a un año para volver al peso que tenías antes de quedar embarazada. Y no es nada recomendable tratar de adelgazar antes de que tu bebé cumpla dos meses de edad. Recuerda que si reduces tu alimentación en esas primeras semanas puedes afectar tu producción de leche. 

Combina una alimentación saludable y baja en grasa con ejercicio moderado. Las pérdidas rápidas de peso pueden resultar peligrosas para tu bebé porque al adelgazar se liberan toxinas —normalmente almacenadas en la grasa corporal— que llegan a la corriente sanguínea, aumentando la cantidad de contaminantes que acaban en la leche materna. 



Incluye una variedad de alimentos saludables en tu dieta

La variedad y el equilibrio son factores claves para una dieta saludable. Una dieta equilibrada (una mezcla de carbohidratos, proteínas y grasas en las comidas) te hará sentirte satisfecha por más tiempo y te proveerá de los nutrientes necesarios que tu cuerpo necesita. Por ejemplo, los granos y cereales integrales y las frutas y los vegetales frescos no sólo son más nutritivos que los alimentos procesados, sino que también son importantes fuentes de energía. 

Come pescado, pero ten cuidado con ciertos tipos

Es importante consumir una variedad de fuentes de proteína cuando estás amamantando, incluyendo el pescado. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda el consumo de pescado para una dieta saludable. 

Algunos pescados (particularmente los pescados de aguas frías) además contienen ácidos grasos de la vitamina Omega-3, llamados DHA (ácido decosahexaenoico) y EPA (ácido eicosapentaenoico), los cuales son importantes para el desarrollo del cerebro, ojos y sistema nervioso de tu bebé durante su primer año de vida (tu nene obtendrá esos ácidos grasos de la vitamina Omega-3 a través de tu leche). 

Los ácidos DHA no sólo beneficiarán a tu bebé, sino también a ti. Un estudio encontró que las mamás que tenían menos niveles de DHA en su leche materna y que consumían menos mariscos, eran más propensas a tener depresión posparto. Procura comer no más de 12 onzas (5,5 kilos) de la mayoría de los pescados y mariscos por semana, incluyendo salmón, tilapia, ostiones, trucha, y jaiba. 

Tener en cuenta que existen otros tipos de pescados que contienen contaminantes que pueden dañar a las mujeres embarazadas, a las madres lactantes y a sus pequeños. 

Se recomienda no comer cuatro tipos específicos de pescado que contienen altos niveles de mercurio: tiburón, pez espada, caballa, y matejuelo (también llamado blanquillo). El atún enlatado blanco (o albacora) normalmente suele tener niveles de contaminantes más altos que otros tipos de atún enlatado. Las nuevas pautas aconsejan no comer más de 170 gramos (6 onzas) de atún blanco por semana. 

Otros expertos aconsejan evitar los filetes de atún (frescos y congelados), pez emperador, caballa, marlín o aguja y mero, porque estos peces están en el nivel más alto de la cadena alimenticia y contienen los niveles más altos de mercurio. 


Abstente de tomar alcohol o, por lo menos, tómalo con precaución

Es aconsejable no tomar alcohol durante la lactancia porque éste penetra en la leche materna y puede dañar o irritar al bebé. Entre otros riesgos, el tomar una sola bebida alcohólica puede inhibir la capacidad de tu cuerpo para producir leche. 

Algunos estudios muestran que los bebés toman menos leche en las siguientes cuatro horas, después de que la mamá se toma una bebida alcohólica. Y además es posible que los bebés se sientan un poco mareados y se duerman más rápido o bien, duerman por menos tiempo. También recuerda que si tomas mucho no podrás cuidar adecuadamente de tu bebé. 

Si piensas disfrutar de una bebida ocasional o si vas a tomar más de un trago, espera al menos dos horas antes de amamantar a tu bebé para que el alcohol se disipe. 

El alcohol no se almacena en la leche materna, sino que los niveles bajan y aumentan, tal como sucede en tu torrente sanguíneo.

Si bebes alcohol, asegúrate de beber agua, y de comer antes y después de que te tomes un trago. Eso te ayudará a disminuir la cantidad de alcohol en tu sangre y en tu leche. 

Averigua si beber cerveza aumenta la producción de leche materna. 

Bebe mucha agua y limita la cafeína

Cuando amamantas, tu cuerpo necesita alrededor de 16 tazas de líquidos (esto incluye el líquido que se encuentra en tus comidas, como por ejemplo en los caldos, sopas, así como en las frutas o vegetales). No es necesario que lleves un récord estricto de la cantidad de líquidos que consumes al día. Una regla general, suele ser beber siempre que tengas sed. Si tu orina es de color claro, es una buena señal de que estás bien hidratada. 

Y hablando de líquidos, está bien que te tomes una taza de café por las mañanas mientras le das pecho a tu nene, pero procura hacerlo con moderación. Una pequeña cantidad de cafeína terminará en tu leche y es posible que se acumule en el sistema de tu bebé, ya que no la puede digerir muy bien ni evacuarla. 

La mayoría de los expertos recomiendan a las mamás lactantes que limiten su consumo de cafeína (incluyendo café, refrescos, tés, bebidas energéticas, chocolate y helado de café) a no más de 300 mg por día (o alrededor de dos tazas de café de 8 onzas o 250 ml). 




Continúa tomando tus vitaminas

Muchos profesionales de la salud recomiendan continuar durante la lactancia con los suplementos prenatales, por lo menos por los primeros meses. Después de eso, puedes tomar un suplemento regular de vitaminas y minerales o bien, continuar con tus vitaminas prenatales. Todo depende de tus necesidades específicas. Lo puedes consultar con tu médico durante tu visita posparto. 

Recuerda que los suplementos vitamínicos no sustituyen a una dieta equilibrada y saludable, pero brindan una protección adicional, especialmente en esos días cuando estás muy ocupada cuidando a tu bebé, que no tienes tiempo de comer tan bien, como desearías. 

Además de tomar tus vitaminas prenatales o tu multivitamínico, considera los siguientes suplementos: 

Calcio: Las vitaminas prenatales y multivitamínicos contienen pequeñas cantidades de calcio. Sin embargo, necesitarás tomar un suplemento de calcio si no estás consumiendo por lo menos tres porciones de alimentos ricos en calcio (como leche y otros productos lácteos, pescado en lata, o alimentos que estén fortificados con calcio como cereales, jugos, panes, soya y bebidas hechas a base de arroz). 

La dosis recomendada para las mujeres antes, durante y después del embarazo es de 1,000 miligramos al día (equivalentes a alrededor de cuatro porciones de 200 gramos de leche o yogurt). Es importante que no consumas (de todas las fuentes) más de 2,500 miligramos al día, ya que eso podría tener algunas consecuencias tales como la formación de cálculos (piedras en los riñones), hipercalcemia, así como insuficiencia renal. Además de que puede intervenir con la capacidad de tu cuerpo para absorber hierro, magnesio, zinc y fósforo. 

Vitamina D: Esta vitamina es importante para el crecimiento de los huesos y para la salud en general. Ayuda a tu cuerpo a absorber mejor el calcio y algunas investigaciones demuestran que reduce el riesgo de sufrir varios padecimientos como cáncer, diabetes, osteoporosis, presión arterial alta, así como varias enfermedades autoinmunes. 

La exposición al sol le ayuda a tu cuerpo a producir vitamina D, pero muchas mujeres no reciben suficiente sol (especialmente en el invierno y con el uso de protector solar) para elaborar cantidades suficientes. Los expertos consideran que la pequeña cantidad que se obtiene a través de los alimentos puede ser insuficiente. La mejor manera de saber si estás recibiendo suficiente vitamina D es a través de una prueba de sangre. 
Ten en cuenta que la leche materna no suministra la cantidad adecuada de vitamina D, por lo que los especialistas recomiendan que los bebés que son amamantados (ya sea de forma exclusiva con leche materna o los que toman menos de 17 onzas de fórmula al día) reciban también un suplemento de 200 UI (5 microgramos) de vitamina D diariamente. Recuerda que antes de empezar a darle cualquier suplemento a tu bebé, es muy importante que lo consultes con el pediatra. 

La vitamina D es importante para el desarrollo óseo y la prevención del raquitismo en los niños. Los expertos afirman que el obtener suficiente vitamina D en la infancia, también puede ayudar a prevenir el desarrollo de ciertas condiciones en el futuro, como la osteoartritis. 

DHA: La cantidad de ácidos grasos de la vitamina Omega-3, llamados DHA (ácido decosahexaenoico) que contenga tu leche materna, dependerá de la dieta que sigas, particularmente de tu consumo de pescados y mariscos. Si no consumes con regularidad unas cuantas porciones de pescado de aguas frías semanalmente u otros alimentos que contengan DHA (especialmente huevos que contengan DHA o productos fortificados con esa vitamina), es recomendable que consideres tomar un suplemento. 

Los expertos recomiendan ingerir 200 mg de DHA diariamente durante el embarazo y la lactancia. 


Fuente: http://espanol.babycenter.com/a900940/alimentaci%C3%B3n-para-una-mam%C3%A1-lactante-saludable#ixzz2iRG7U3qs

Lactancia materna

La Organización Mundial de la Salud afirma que la leche materna es el mejor alimento para los recién nacidos gracias a sus múltiples beneficios. 

La leche materna es un producto cambiante. Los primeros días se crea muy poca cantidad, pero muy rica en proteínas: es lo que se llama calostro. Después de unos días se crea una leche de transición, hasta que pasadas unas semanas aparezca la leche madura.

El mejor momento para iniciar la lactancia es justo después del parto. La leche materna aporta al bebé grasas específicas para el desarrollo del cerebro y azúcares que ayudan a regular sus caquitas. También tiene otros componentes que sirven para defender al bebé de las infecciones. Gracias a la lactancia materna, tu pequeño estará más protegido frente a diarreas y catarros, y correrá menos riesgo de sufrir alergias.
Los beneficios de la lactancia duran mientras estés dando el pecho a tu bebé. Aunque hayan pasado muchos meses desde el nacimiento, la lactancia sigue aportando factores inmunológicos.
Además, la lactancia refuerza los vínculos entre la madre y el bebé. La succión de las mamas da a tu bebé un sentimiento de unión y proximidad hacia ti, a la vez que desencadena respuestas hormonales beneficiosas para ti, tanto a corto como a largo plazo.

Beneficios de la lactancia
Algunos de los beneficios de la lactancia materna para tu bebé son los siguientes:
  • Es el alimento que mejor digiere.
  • Contiene los nutrientes más equilibrados.
  • Siempre está lista, en la cantidad necesaria y a la temperatura perfecta.
  • Le aporta protección inmunológica frente a las enfermedades.
  • Se adapta a las necesidades de cada bebé.
  • Facilita la absorción de vitaminas y hierro.
  • Propicia un desarrollo adecuado de la estructura bucal y dental.
  • Además de alimento, tu bebé recibe consuelo y seguridad.


Los beneficios de la lactancia materna para ti son los siguientes:
  • Refuerza el vínculo afectivo entre madre e hijo.
  • Ayuda a la expulsión de la placenta (si das el pecho a tu bebé inmediatamente después del parto).
  • Facilita la contracción del útero después del parto y disminuye el riesgo de hemorragias e infecciones post parto.
  • Previene las depresiones post parto.
  • Reduce la probabilidad de tener cáncer de mama y ovario.
  • Ayuda a perder peso y a recuperar la figura.
  • Siempre está lista, en la cantidad necesaria y a la temperatura perfecta.
  • Supone un ahorro económico importante.



Cómo dar de mamar

La lactancia materna es lo mejor para ti y para tu bebé, y es mucho más sencilla de lo que puedas pensar. Seguro que tu matrona te lo explica bien, pero por si te queda alguna duda, te explico cómo dar de mamar paso a paso:

  1. La colocación del pecho. Tienes que sujetar tu pecho con la mano, formando una “C”. Sitúa el dedo pulgar por encima de la areola y los demás por debajo.
  2. La aproximación al bebé. Frota suavemente los labios del bebé con tu pezón hasta que abra la boca. En ese momento, acerca el bebé hacia ti y centra el pezón.
  3. El reflejo de exploración. Los niños nacen con un reflejo de exploración, así que tu bebé moverá la cabeza hacia los lados, hasta que sus labios den con el pezón.
  4. La postura sentada. Sujeta su espalda con tu antebrazo, de modo que el bebé quede tumbado de lado frente a ti, con la cabeza apoyada en tu brazo. Fíjate en que su oreja, su hombro y su cadera estén alineadas y comprueba que el pecho no obstruya su nariz. También debes procurar no tapar la areola con tus dedos, para que no succione sólo del pezón.
  5. La postura tumbada. Puede que te resulte más cómodo estar tumbada para dar de mamar a tu bebé, sobre todo al principio. Pues bien, sólo tienes que tumbarte de lado con una almohada bajo la cabeza. Coloca a tu bebé también de lado, mirándote, con la boca en línea con tu pezón. Sujétale por la espalda con el antebrazo, de modo que se apoye en el pliegue del codo. Antes de cambiar de lado, siéntale y dale unos golpecitos en la espalda, para que eructe.
  6. La succión. Cuando tu bebé se adhiere al pecho, sus encías cubren el pezón y unos 2,5 cm de la areola. Así ejerce una presión sobre los conductos que se sitúan debajo y que liberan la leche.
  7. Cambios de ángulo. Variar las posiciones de vez en cuando puede ser bueno y ayuda a reducir las molestias a la hora de dar de mamar, si es que notas alguna. Al colocar al bebé en un ángulo diferente, hará presión en otras partes del pezón, el pecho y la areola.
  8. Para terminar. Antes de separar al bebé de tu pecho, interrumpe la succión. Para ello puedes colocar un dedo en un lado de su boca, o presionar suavemente su moflete.
  9. Discos de lactancia. Durante el período en el que estés dando de mamar a tu bebé, tal vez pierdas algo de leche en momentos puntuales. Para evitar que manche tu ropa, puedes utilizar discos de lactancia, que los venden en cualquier supermercado, debajo del sujetador.
Recuerda que, durante el tiempo que des de mamar a tu bebé, debes cuidar tu alimentación tanto como cuando estabas embarazada. Sobre todo es importante que bebas mucho líquido y sigas una dieta equilibrada.
Podéis tomar cerveza sin alcohol, ya que os puede ayudar a producir más leche.

Dieta durante la lactancia

Parece que la cantidad de leche que consume el lactante no afecta demasiado a la producción de leche, sino que depende más de la frecuencia de las mamadas. Aunque si un bebé mama frecuentemente pero no llega a vaciar los pechos, ese pecho producirá menos cantidad para la próxima vez porque no ha sido totalmente vaciado. En cambio, si se vacía totalmente el pecho, la producción aumenta, ya que de alguna manera el cuerpo recibe la información de que el bebé necesita más alimento.

Sin embargo, la dieta de la madre no sólo influye en la cantidad de leche producida sino que también influye en la composición. Se sabe que la cantidad de ácidos grasos de la leche es el fiel reflejo de la cantidad ingerida por la mujer que amamanta. Ocurre lo mismo con los niveles de selenio, yodo y algunas vitaminas del grupo B. La cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida. Los demás nutrientes parece que se mantienen constantes y son independientes de la dieta.

A la vista de esto, parece obvio que la alimentación durante la lactancia debe ser rica en energía, lípidos, proteínas y vitaminas, con el fin de que cubra las necesidades para la producción de la leche. Por este motivo, se debe conocer:
  • La composición de la leche materna (que es el equivalente a conocer las necesidades del lactante).
  • Los requerimientos nutricionales recomendados para que la producción de la leche no altere el estado nutricional de la madre.


Extraer y conservar la leche materna

Si quieres dar el pecho a tu bebé, pero no puedes estar junto a él en todas las tomas, la mejor solución es extraer tu leche materna y conservarla. Así, además, el padre tendrá la posibilidad de participar en la alimentación de vuestro bebé, sin renunciar a los beneficios de la leche materna.
La extracción de leche materna también viene bien si tu pequeño tiene algún problema temporal que le impida lactar, porque te permitirá mantener la producción de leche. Por otra parte, será imprescindible extraer leche materna para ti si tienes retención de leche o una mastitis y tu bebé no te puede vaciar el pecho.
Para extraer la leche materna puedes recurrir a la extracción manual o con bomba, que a su vez puede ser una bomba manual o eléctrica. Cualquiera de ellas te llevará más tiempo del que necesitas para dar el pecho a tu bebé.

Extracción de la leche materna manual

Para extraer leche materna de forma manual, sigue estos pasos:
  1. Lávate las manos y utiliza un recipiente estéril de plástico para guardar la leche.
  2. Coloca una toalla caliente sobre tus pechos, ayudará a estimular el flujo de salida.
  3. Masajea cada pecho con movimientos en espiral hacia los pezones.
  4. Inclínate hacia delante, coloca el pulgar encima de la areola y los dedos índice y corazón por debajo de ella, haciendo una pinza con forma de C.
  5. Aprieta el pecho entre los dedos, con una presión inicial hacia atrás, hacia las costillas, y luego intenta juntar los dedos que pinzan el pecho.
  6. Al final de cada movimiento de compresión, gira los dedos que pinzan el pecho para asegurar un mejor vaciado.
No te desanimes si extraes poca cantidad de leche al principio, ¡es lo normal! También es posible que la cantidad varíe de una toma a la siguiente. En general, como en cualquier otra cosa, mejorarás con la práctica.

Extracción de la leche materna con bomba

También se pueden utilizar bombas para extraer la leche materna, los conocidos como sacaleches. No te asustes por el nombre, son aparatos muy normales, que pueden funcionar de forma manual o eléctrica. Si optas por la extracción de leche materna con bomba, infórmate bien sobre el modelo elegido, porque cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, desde el precio hasta la facilidad de transporte, pasando por los detalles de funcionamiento.
En cualquier caso, todas las bombas para extraer leche materna vienen con instrucciones de uso, ¡asegúrate de que las lees con atención! En general, es importante que el embudo abarque toda la areola de tu pecho. Puestas a elegir, ten en cuenta que te vendrá mejor un sacaleches que se limpie con facilidad y que sea lo más aséptico posible.
Otra recomendación que siempre debes tener en cuenta, sea cual sea la forma de extraer la leche materna que elijas, es cuidar la limpieza. Es importante que te laves bien las manos y que te asegures de que tanto el recipiente donde se almacenará tu leche como el material que utilices para la extracción estén perfectamente limpios.

Conservación y almacenamiento de la leche materna

Para conservar la leche materna que te has extraído, lo primero es contar con un envase estéril, preferiblemente de plástico, donde pueda recogerse y mantenerse en perfectas condiciones hasta que se la tome tu bebé.
Estos son los tiempos de conservación de la leche materna, que como verás, dependen de dónde la guardes:
  • A temperatura ambiente (entre 19º y 22º C), de 6 a 10 horas.
  • En la nevera, de 2 a 3 días.
  • En un congelador convencional de una nevera combi, de 3 a 4 meses.
  • En un congelador independiente (a –20ºC), 6 meses o más.
Si conservas tu leche materna, tendrás que tener en cuenta algunas recomendaciones para no alterar sus propiedades:
  • No mezcles la leche de una extracción con la extraída en otro momento.
  • Etiqueta cada envase de leche con la fecha de extracción.
  • Si te extraes la leche fuera de casa, necesitarás una nevera portátil para mantenerla fresca.
  • Dale a tu bebé antes la leche de la nevera (empezando siempre por la más antigua) que la congelada.
  • Descongela la leche a temperatura ambiente o, si no te da tiempo, ponla bajo el grifo con agua caliente y caliéntala “al baño María”. No la calientes directamente en un cazo o en el microondas, porque se pueden alterar algunos componentes de la leche.
  • No vuelvas a congelar la leche una vez descongelada.

lunes, 21 de octubre de 2013

Como educar a niñ@s gemel@s

Os enseño un vídeo en el que explican como se deben educar. Si es bueno o no separarlos en la escuela...
Espero que os parezca interesante y os aclare algunas dudas.

¡Que paséis un buen Lunes!


jueves, 17 de octubre de 2013

Piel con piel

Durante las dos horas que siguen al nacimiento, el bebé vive el periodo que los expertos llaman sensitivo. Las descargas de noradrenalina que el encéfalo ha vertido al torrente sanguíneo durante el parto, hacen que el bebé esté en un estado de alerta tranquila. Durante este periodo es capaz de girar la cabeza o buscar el rostro y los ojos de su madre y gracias a esta hormona su olfato se agudiza y memoriza el olor de la madre, estableciendo el vínculo afectivo con ella.

La naturaleza creó el sitio perfecto para el bebé: sobre el cuerpo de la madre. La parte central del tórax está más caliente en una mujer que acaba de dar a luz que en cualquier otra persona. Involuntariamente es capaz de aumentar la temperatura de esa zona hasta lograr estabilizar la temperatura corporal del bebé, impidiendo la pérdida de calor. Las cunas de calor son innecesarias si se permite a la madre el contacto directo e ininterrumpido con el bebé.

Si el bebé es depositado sobre el abdomen de la madre después de un parto sin drogas el bebé será capaz de reptar hasta el pecho de la madre. Los movimientos del bebé, las patadas que da sobre el abdomen de su madre son un masaje que obliga al útero a contraerse previniendo hemorragias graves.

Por supuesto que en los países más avanzados la madre tiene derecho a que se le respeten este tipo de preferencias; pero en este caso tampoco es solo cuestión de respetar unas preferencias. Es mucho más que eso. Las implicaciones que tiene justifican que valga la pena cualquier esfuerzo por conseguir que las madres y los recién nacidos estén juntos. Los trabajos científicos en animales muestran que estas implicaciones afectan al vínculo madre-criatura, pero lo que es más importante, afectan al desarrollo físico y emocional del futuro adulto. Una madre y un recién nacido son un solo ser, el ambiente normal de un recién nacido es su madre y ningún otro.

También invito a los padres a probar a estar con su bebe piel con piel, ya que para un niño es muy importante sentir a su madre como a su padre.


¡No dudéis en practicarlo!




Baño del bebé

Creo que este momento es un momento muy especial, tanto para los padres como para el bebé, ya que es un momento para hacer que el bebé se relaje y disfrute del agua en compañía de su papa o mama.

Se puede bañar a la hora que mejor os venga, pero considero, que si el bebé se va a relajar lo mejor es hacerlo antes de dormir, y antes de la última toma del día, aunque se despierte durante la noche, ya que les va a ayudar a conciliar el sueño y a estar más a gusto.

Antes de comenzar con el baño es necesario tener todo preparado para no tener que desplazarse una vez que el bebé esté en la bañera. Colocar la toalla, la esponja, jabón, crema o aceite corporal, pañales y su ropita.

La temperatura del agua debe estar entre los 34 y 37 grados centígrados. Una forma de comprobar que no queme o que no esté fría, es introducir la parte interna de nuestra muñeca o el codo, si no tenemos termómetro de baño. También hay que tener cuidado con la temperatura ambiente. Debe estar entre los 22 y 25 grados y no pasar al niñ@ por corrientes de aire.

Hay jabones que llenan el agua de espuma. Estos no son recomendables, de hecho cuanto menos jabón utilicéis mucho mejor.

Llega la hora de bañar a vuestr@ pequeñ@. Os comentarán muchas formas de bañarl@, una de las más aconsejadas es mantener con un brazo su espalda de manera que el bebé apoye su cabeza en el antebrazo, sosteniéndole por la axila y hombro, así nos queda libre la otra mano (Como aparece en la foto de arriba). También lo podeis coger poniendo la mano en la cabecita (foto de abajo).

Una vez bañado, podéis relajarle deslizándole por la bañera. Cuando vaya cogiendo fuerza él mismo os lo pedirá, ya que se impulsará con las piernecitas.
Si os da miedo o no os apañais de esta forma, hay en los centro comerciales o tiendas especializadas en niños, unas hamacas en donde podéis poner al bebé y ahí bañarle.

A hora de secarle hay que intentar secarle bastante bien, poniendo incapié en la zona donde hay pliegues, ya que si no se secan pueden salir rojeces e irritarse.

No es conveniente echarle mucha crema, ya que evita la transpiración de la piel.

Ahora ya solo toca vestirle, teniendo cuidado al ponerle la ropita para no hacerle daño en ninguna extremidad o cabecita.


Puede que en los primeros baños el niño llore, no os preocupéis, es solo cuestión de tiempo. Después llorará porque no quiere salir :-)

Cuidado de cordón:

Es importante mantenerlo limpio y seco. Dobla la parte de arriba del pañal hacia abajo, destapando el ombligo y el muñón para que quede expuesto al aire y no esté en contacto con la orina (o compra pañales para recién nacidos que ya vienen recortados por delante para dejar el cordón al aire). 

Cuando se caiga el muñón umbilical, puede que notes un poco de sangre en el pañal. No te asustes, porque esto es normal.
No es necesario que le hagáis ninguna cura ningún producto, solamente hay que secarlo bastante bien con pequeños golpecitos con la toalla o con una gasa.

No es necesario que le hagáis ninguna cura ningún producto, solamente hay que secarlo bastante bien con pequeños golpecitos con la toalla o con una gasa.


Cambiar la gasita después del baño y si en algún cambio del pañal durante el día veis que está mojada.


Si una vez se le caiga el cordón a tu bebé notas que se le sale el ombligo para fuera al hacer un esfuerzo (por ejemplo, cuando hace de vientre o cuando llora), es posible que tenga una hernia umbilical consulta al pediatra para que lo examine y te dé su opinión.




Como os he dicho, cada baño tiene que ser un momento muy especial. Intentad que para el bebé sea un momento de disfrutar del agua y relajarse. Que siempre sea a la misma hora y que no haya tiempo para terminar, ya que tiene que ser sin prisas. Podéis ponerle la música que le gusta, cantarles, jugar con algún juguete...

¡Que disfrutéis!